Se solicitó máxima iluminación natural y aprovechando que las mejores vistas estaban al oriente de la vivienda se privilegió dejar las aperturas en esta dirección. Se decidió que la totalidad de recintos habitables tuvieran orientación oriente o en su defecto norte y se dejó a los recintos de servicio en la cara sur o poniente. Con esta mínima estrategia se permite el ingreso del sol a la vivienda durante la mañana y se restringe en la tarde.