Se diseñó un pavimento de retículas diagonales que se entrelaza formando placas de distintas tonalidades, integrando y dándole dinamismo al patio. Áreas de jardín albergan enredaderas que se abrazan a las columnas o recorren los contornos del pavimento mientras que mobiliario fijo de concreto en forma circular proporciona un lugar de descanso al huésped mientras luces indirectas resaltan las formas y la vegetación. Los colores se eligieron de la paleta tradicional de la región, definiendo el patio con terracota, blanco para los detalles arquitectónicos y amarillo al interior de las arcadas para dar profundidad y un ambiente cálido para el usuario.