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En el libro de ideas de hoy vamos a viajar a París para presenciar el antes y el después de una pequeña cocina parisina.
Los arquitectos de PARISDINTERIEUR son los responsables de esta transformación que tuvo como resultado una lindísima cocina azul con acero inoxidable y azulejos vintage.
Se aprende mucho de un antes y un después y es por eso que les compartimos este otro libro de ideas donde se puede apreciar muy bien el proceso de amoblar ambientes vacíos.
Las cocinas son unos de los ambientes más importantes de casa. Por su múltiples funciones que no pueden realizarse en ningún otro espacio, requieren de un diseño y amoblamiento especiales.
París, como tantas otras ciudades grandes y caras, presenta el problema del valor del metro cuadrado. Es muy caro comprar un departamento en la Ciudad Luz y en ocasiones los que pueden hacerlo tienen que conformarse con espacios mucho más chicos de lo que hubieran querido inicialmente.
Este es el caso de esta cocina, cuyo plano de por sí ya presentaba ciertos problemas que fueron brillantemente solucionados por los diseñadores, logrando incluso incorporar un comedor de diario a pesar de la falta de tamaño.
Y si algún día nos encontramos en un dilema similar, de seguro los arquitectos de Opra Nova, podrían ayudar.
Acompáñennos entonces a París y disfrutemos esta maravillosa transformación.
En esta foto podemos apreciar la diagramación de esta cocina y darnos cuenta de lo pequeña que es. Un espacio como este plantea muchos retos pero ya veremos cómo fueron brillantemente resueltos.
La cocina anterior como podemos apreciar tenía bastante poca gracia. Con unos azulejos en tonalidades bastante lúgubres y colores vivos en la alacena que no llegaban a complementarse unos a otros, lo cierto es que el conjunto inicial no resultaba ni prometedor ni contaba con ningún elemento que valiera la pena conservar.
Debido al plano inusual, la bacha se encontraba empotrada entre una pared en falsa escuadra y una ventana que deja entrar la luz del sol. El piso de la cocina era muy poco atractivo y en un color que no iba bien con el resto de la paleta de este ambiente.
¡Qué cambio impresionante! La nueva cocina con su lindísima palera en tonos azules y blancos está llena de encanto. Se ha aprovechado cada centímetro incorporando una buena cantidad de alacenas lo que soluciona el tema del espacio de guardado. Los azulejos antiguos en el piso son de lejos lo mejor que pudo pasarle a esta cocina.
Con mucho ingenio se incorporó un pequeño comedor de diario colocándole un tope a unas alacenas, un lujo no muy frecuente en una cocina tan diminuta. Las sillas se ubicaron junto a la ventana para permitirle a los ocupantes disfrutar del sol y de la vista mientras desayunan.
Una bacha muy similar a la anterior pero ejecutada con muchísimo más gusto cuenta con espacio de guardado tanto arriba como abajo. Azulejos blancos protegen la pared de las salpicaduras.
Los azulejos son, como decíamos, los absolutos protagonistas de este espacio. Con motivos florales en tonos celestes, azules, blancos y grises determinaron la paleta de la cocina, que se alineó con mucha exactitud a los colores de los azulejos. Claramente resultan más costosos que azulejos más comunes, pero en un espacio pequeño no resulta tan oneroso hacer ese gasto que realmente vale cada centavo.
La cocina en sí, se encuentra flanqueada por alacenas a ambos lados y arriba y abajo y cuenta asimismo con dos pequeñas superficies de trabajo a cada lado. A la derecha queda espacio para una pequeña heladera bajo mesada. Adornos en tonos azules complementan el conjunto.
