¿Vale la pena tener un gran ventanal en la casa? Pues depende. Primero cabe tener en cuenta que las ventanas puedan adaptarse a la arquitectura de la casa, no vaya a ser que por más que nos guste llenar de vidrio los ambientes, terminemos convirtiendo la casa en una especie de vivero.
En cuanto a las ventajas, podemos citar la posibilidad de recibir amplias cuotas de luz natural, o de poder disfrutar de las vistas que nos puede otorgar un bonito paisaje, o un edificio en las alturas. En el otro platillo de la balanza, por las contras, cabe recordar que también se pierde una cuota de privacidad, o que si no hay un buen cortinado o un toldo, se puede crear un incómodo efecto invernadero en el hogar durante los meses de calor. Y para evitar problemas de aislamiento, hay que recurrir a estructuras de dos o tres vidrios.