Suelos para cocinas: cómo hacer la elección perfecta

Isabel Rodríguez Isabel Rodríguez
homify Cocinas de estilo escandinavo Cerámico
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A la hora de diseñar la cocina perfecta hay muchos aspectos a tener en cuenta. Desde el mobiliario a su disposición, pasando por los colores o la iluminación, cada elemento contribuye a crear la atmósfera apropiada para congregar a las musas. Los elementos estructurales reclaman su protagonismo en este lance de modo que, tanto las paredes como los suelos para cocinas, son piezas clave en la composición de las mismas. Su importancia trasciende de la mera estética y es que, su papel tiene un marcado carácter práctico.

Dado que se trata de un espacio sujeto al devenir de comensales, curiosos y cocineros, la resistencia ha de ser una característica presente en el pavimento elegido. La mejor opción no es, sin embargo, la más robusta sino aquella que cumpla con las premisas de durabilidad y atractivo impuestas por quienes harán uso del espacio.

El redescubrimiento de la cocina como espacio de encuentro ha propiciado la evolución de un sector que, dentro del diseño de interiores, goza de una notable popularidad. Cocinas con suelos de madera, suelos porcelánicos, pavimentos de vinilo, azulejos… Cada tipo de material dispone de sus propias ‘armas’ de seducción por lo que contar con la experiencia de un experto facilita la tarea de elegir los mejores pavimentos.

​La calidez de la madera

Hablar de suelos para la cocina es hablar de materiales que han de resistir en términos de desgaste e impacto. Sin embargo, hay pavimentos que, pese a no ofrecer muchas bondades al respecto, ofrecen la ventaja de crear atmósferas cálidas e inspiradoras, dos señas de identidad que acompañan a muchos interiores de casas familiares. Las cocinas con suelos de madera no son las más populares aunque su estética resulta arrolladora, no en vano, viste a la perfección cualquier estilo con una amplia selección de tonos y texturas. 

Su mayor aportación es esa calidez inconfundible que traslada a los ambientes así como el hecho de que, con un mantenimiento periódico, el parquet puede tener una vida próspera y larga como opción para el suelo de la cocina. No obstante, implican una inversión considerable y son proclives a arañazos y manchas.

Suelos laminados

Vivienda El Cabanyal, Enblanc Enblanc Cocinas de estilo moderno

Una opción más económica que también tiene cabida en el capítulo de suelos para cocina son los laminados. Estos pavimentos están fabricados a partir de paneles de fibra prensados que, en su capa superior, llevan impresa la imagen de la madera elegida por lo que las posibilidades, en términos de diseño, son amplias. Su superficie plastificada ofrece una mayor resistencia a impactos, arañazos o humedad y pueden colocarse sobre el suelo ya existente.

​Suelos porcelánicos para cocinas

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Entre las opciones disponibles en términos de suelos para cocinas, los suelos porcelánicos, cerámicos y los azulejos ocupan un capítulo muy especial. Su presencia ha ido evolucionando con el paso del tiempo y el devenir de las modas, cuestión esta que ha hecho que se reinventen hasta ofrecer un amplio catálogo de soluciones, cada una de ellas, con sus propias ventajas y desventajas.

Los suelos porcelánicos , por ejemplo, están entre los pavimentos más actuales. Las razones hay que buscarlas no sólo en sus atractivos diseños, capaces de imitar otros materiales y texturas, sino también en su alta resistencia y durabilidad. Un mantenimiento sencillo así como unos acabados uniformes forman también parte de sus encantos aunque, eso sí, resultan más caros que otras propuestas.

Al contrario que la porcelana, los azulejos cerámicos son más económicos y, al igual que los anteriores, están disponibles en multitud de acabados. La diferencia principal radica en el proceso de fabricación y cuestiones como la tasa de absorción que, en el caso de los azulejos es superior a la de los suelos porcelánicos, además, son menos resistentes.

Vinílicos

Uno de los pavimentos que ha ido ganando terreno en el diseño de cocinas son los suelos de vinilo. Se trata de un material relativamente económico, atractivo y duradero con multitud de virtudes. Entre los reclamos principales está la facilidad de su instalación y es que, aunque lo ideal es contar con un solador profesional, también son susceptibles de prácticas Do it yourself. Dada su versatilidad, se adapta bien a todo tipo de espacios y lo mismo ocurre en términos de estilo. Existen suelos de vinilo para cocinas que imitan otros materiales tales como la piedra o la madera, evocando texturas e, incluso, ofreciendo superficies antideslizantes (algo a tener presente no sólo en la cocina, sino también en estancias como el baño, donde también han aumentado su popularidad).

Su resistencia frente a arañazos, impactos y manchas tampoco es desdeñable, un atractivo que se completa con su sencillo mantenimiento que, en la práctica, se concreta en el uso de agua y jabón.

​Alternativas para todos los gustos

Cada cocina es un mundo, un espacio en el que, el fin último, no es otro que alcanzar el equilibrio entre funcionalidad y estética con el objetivo de componer atmósferas inspiradoras y agradables. Aunque, a priori, la elección del suelo pueda resultar una cuestión menor, lo cierto es que tiene una importancia capital en la tarea. La mayor o menor resistencia que ofrecen los materiales así como el hecho de tener que adaptar la colocación de unos u otros pavimentos en base a un presupuesto más o menos ajustado, serán claves para conseguir unos resultados a la altura de las expectativas.

Más allá de las soluciones expuestas a base de azulejos, porcelánicos, suelos de madera o vinílicos, el sector está abierto a un sinfín de materiales capaces de dar vida a cocinas de multitud de estilos. Los suelos de piedra, por ejemplo, son atemporales y elegantes, además de ofrecer una solidez y durabilidad constatables. Mármol, pizarra o granito son algunos de los pavimentos más populares en ambientes sofisticados aunque su precio es elevado.

Para ambientes industriales o modernos, los suelos de hormigón pulido o microcemento son una alternativa cada vez más frecuente pero su instalación ha de correr siempre a cargo de un profesional para garantizar una colocación perfecta y evitar así posibles daños futuros. Con las atenciones apropiadas son suelos muy duraderos que pueden instalarse tanto en cocinas interiores como al aire libre.

Combinaciones armoniosas

La experimentación es una gran aliada en el diseño y la decoración de cocinas y, los suelos, no escapan a esa magia. Es habitual encontrar pavimentos diferentes con el fin de atender las necesidades particulares de cada espacio pero, una fórmula de enriquecer el diseño de la cocina es combinar distintas materias primas. La tendencia ha adquirido una nueva dimensión en las construcciones actuales, muchas de las cuales, apuestan por diseños de planta abierta en los que los límites entre espacios no vienen determinados por las paredes.

Crear contrastes utilizando distintos pavimentos es una idea perfecta para dividir ambientes como la cocina y el salón prescindiendo de las paredes aunque la misma mecánica puede aplicarse para identificar áreas de usos concretos dentro de un mismo espacio.

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