Estamos en invierno y uno de los planes más agradables que puede traernos la estación, es pasar tiempo en la clásica cabaña rústica, en medio de la montaña, el bosque o al campo. Ahora, cuando decimos rústica, no nos referimos a una decoración descuidada, que por el simple hecho de estar en el medio de la nada carezca de encanto. Los decoradores y diseñadores de interiores saben que el estilo cabaña
puede ser un exitazo desde todo punto de vista, si se cumplen con ciertas premisas de las que les hablaremos a continuación:
Entonces, con todo lo anterior en mente, pasemos a conocer esta recopilación de cabañas rústicas, sus exteriores e interiores, para poder ilustrar con imágenes lo que queremos decir cuando enumeramos esa serie de elementos que nos parecen indispensables para lograr esa impronta un poco áspera pero siempre acogedora y hogareña que este estilo decorativo transmite tan fácilmente.
Los diseños de cabañas suelen realizarse respetando algunas características que no han cambiado. Las cabañas rústicas suelen tener techos inclinados, a dos o cuatro aguas, algún tipo de revestimiento en las paredes que puede ser piedra o madera y nuevamente madera en las carpinterías y las estructuras del techo, que suele construirse con un intrincado diseño de vigas y viguetas expuestas.
Hay cabañas de todos los tamaños, aunque el término generalmente nos hace pensar en casas más bien chicas. Lo que entendemos por cabañas chicas pueden ser estructuras completamente independientes que pese a su limitado tamaño cuenten con todo lo que tendría una pequeña casa, o puede tratarse de varias estructuras que sumen diferentes ambientes, como dormitorios en suite por un lado y pareas sociales y cocina en otro edificio.
Los interiores de las cabañas rústicas suelen parecerse mucho a la fachada, ya que generalmente mantienen el uso del revestimiento exterior utilizándolo nuevamente en los espacios interiores. Generalmente las cabañas rústicas tienen o bien una planta inferior liberada o al menos integrados los espacios sociales y la cocina. La meta de la cabaña rústica es la de usar elementos resistentes y duraderos, de bajo mantenimiento, pero con valor estético y con la capacidad de transmitir calidez.
Un clásico en la construcción de cabañas, la piedra y la madera son los materiales sin duda más usados. Como decíamos más arriba, si queremos que la cabaña se integre mejor al paisaje y, de paso hacer un ahorro significativo en los costos de los materiales, lo mejor es optar por variedades de madera y piedra locales.
Los techos de vigas expuestas son uno de los pilares de la decoración rústica y casi imprescindibles si queremos darle a nuestra cabaña de este estilo la impronta deseada. Preferiblemente a dos o a cuatro aguas para que el juego de ángulos y líneas rectas sea más interesante, estos techos pueden ser tablones de madera o incluso usando troncos con muy poco tratamiento.
Las cabañas que tienen fines turísticos deberán sumar ciertas condiciones que hagan la estadía de los huéspedes más agradable. Acabados que por más rusticidad deberán mantenerse impecables y mostrar una calidad superior, electrodomésticos y sistemas de calefacción, electricidad, agua y gas fáciles de usar y en buen estado amén de juegos de sábanas y toallas, vajillas y utensilios de cocina para que los turistas puedan desenvolverse con soltura y no tengan necesidad de adquirir ningún objeto adicional.
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Las cabañas deben construirse de forma tal, que la vista prevalezca por sobre todo lo demás. Nada más agradable que poder disfrutar de vistas panorámicas y paisajes completamente diferentes a los que vemos a diario en la gran ciudad. Además de grandes ventanas, es importante crear espacios exteriores que sirvan de miradores. Poder disfrutar de la naturaleza es una de las mejores ventajas de una cabaña rústica o casa de campo.
Los dormitorios en las cabañas rústicas deben ser por encima de todo acogedores. Si vamos a suavizar en algún ambiente esa impronta rústica, sin duda éste es al ambiente para hacerlo. En estos espacios el uso de la madera por encima del de la piedra y textiles abrigados que nos logren transmitir esa sensación hogareña son la mejor elección.
Una cabaña que se respete, sobretodo si está en un clima frío, tendrá un hogar preferiblemente en piedra, que tenga la capacidad de calentar los ambientes sin dificultad. Es importante que tenga además espacio para leña, para no tener que salir a buscarla afuera y si se eleva un poco del suelo, puede servir hasta como un asador improvisado.
Las cocinas rústicas presentan materiales con poco tratamiento, de bajo mantenimiento y altísimo rendimiento. Los colores o materiales que se ensucian, frágiles y delicados, son para otro estilo y lugar. En la cocina rústica, los topes de granito, piedra o una madera maciza y casi indestructible son la regla. Muebles de madera, pisos resistentes y preferiblemente oscuros y si vamos a usar metal, que sea hierro.